jueves, 12 de febrero de 2009

Mensaje del de Paz del Papa Benedicto XVI

Mons. Pablo Cedano Cedano

El tema del Mensaje Papal habla por sí solo: Combatir la Pobreza, Construir la Paz. Indica de entrada, que no es pasible la paz en un sistema que evidencia y mantiene la pobreza de la cual se alimentan los políticos que tienen sobrada habilidad para lograr sus intereses personales, evadiendo generalmente la agenda para el bien común.

Como es palpable y fácil de entender, la pobreza y la paz se repelen. Ante la realidad latinoamericana y del Caribe, el Papa expresa su preocupación por “ha creciente entre ricos y pobres de una nación a otras y dentro de cada nación, lo cual debe plantela extrema pobreza en que viven poblaciones enteras”, y observa la “brecarse como un problema de conciencia de toda la humanidad”.

El Papa toca el tema de la globalización la cual debe tener en cuenta la dimensión espiritual y moral ya que todos compartimos un mismo proyecto divino que conlleva la vocación y la responsabilidad común de construir una familia. No basta, dice el Papa, enfrentar solamente los problemas económicos, pues hay otros de dimensión moral y espiritual, ya que cualquier pobreza lleva a irrespetar la dignidad trascendental de la persona humana.

El desarrollo equilibrado es el nuevo nombre de la paz, afirma el Papa, a la vez que aboga por el desarme cuyo costo debe emplearse para el desarrollo de los pueblos que sufren, y que se ven aún más amenazados por la crisis alimentaría que exige luchar solidariamente en contra de la pobreza a través de una globalización entre los mismos países ricos y pobres de manera que responda a los intereses de la gran familia humana.

Refiriéndose a la crisis económica mundial, el Papa observa la necesidad de manejar la economía en base al bien común a largo plazo, la urgencia de invertir en la formación de las personas, y el desarrollo de manera integrada para una cultura de iniciativa.

Por otra parte, el Papa señala que la globalización ha de ser dirigida con justicia y sabiduría, indicando que la desproporción actual es de orden cultural, político, moral y espiritual.

En su Mensaje el Papa indica que la Iglesia, como es evidente, se ha preocupado siempre y en todo lugar por los más pobres siguiendo el testimonio y mandato de su maestro y fundador, Jesucristo.

Finalmente, nos invita a ensanchar el corazón frente a las necesidades de los más pobres y a construir la paz combatiendo la pobreza.

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