miércoles, 11 de marzo de 2009

La Transfiguración, un camino de Fe



Rev. P. Manuel Antonio García


Hemos de confiar plenamente en el amor de Dios que nos permitirá, bajo toda circunstancia, vivir la experiencia de Jesús, muerto y resucitado para nuestra salvación.

En la narración evangélica del Primer día de la Semana, Jesús sube a Jerusalén, a la ciudad que asesina a los profetas. Sólo hace seis días que anunció su pasión y muerte y que reprendió severamente a Pedro, que trataba de apartarle de su camino. Suben a la montaña donde se unen dos realidades aparentemente irreconciliables:

1. La gloria de Dios, presente en la nube, y la voz que se oye desde el cielo. "Este es mi hijo, el amado, en quien tengo puestas todas mis complacencias, escúchenle". Los vestidos blancos del Maestro. Las alabanzas de Pedro y los discípulos.


2. El anuncio a los Apóstoles de la Pasión, Muerte y resurrección de Jesucristo. Las negaciones de Pedro y la huida de los discípulos.
Experiencia parecida a la del Domingo pasado, fruto del Bautismo, las tentaciones del desierto.

Este es el camino hacia la plenitud de vida, por el sufrimiento, por la persecución, por el aparente fracaso. Se llega a la gloria de la resurrección pasando por la lucha de la pasión de cada día hasta la muerte.

Es la experiencia de fe de los apóstoles, que la Iglesia actualiza en el tiempo de Cuaresma en la Eucaristía, caminando hacia la Pascua.

No nos contentemos con una fe superficial, sin contenido, sin camino, sin lucha.

Por eso, Cristo y sus discípulos descienden de la montaña. No ha sido más que un alto en el camino que sube a Jerusalén, porque no ha llegado aún la hora del triunfo. La Transfiguración del Señor es sólo un anticipo de la Resurrección y un aliento para seguir caminando hasta que todo se haya terminado, hasta que toda la voluntad del Padre se haya realizado en el abandono de la cruz.

Jesucristo, el Señor, el Hijo de Dios, conduce a su Iglesia hoy por el mismo camino: "El que quiera venir en pos de Mí, tome su cruz y sígame".

La Misión Continental en acción, evangelizando la nación


Mons. Pablo Cedano Cedano


Como todos sabemos, el proyecto de la Gran Misión Continental fue propuesto por los Obispos que participaron en la V Conferencia Latinoamericana y del Caribe en mayo 2007 en Aparecida, Brasil. El Papa Benedicto XVI que había sugerido la idea, acogió, animó y bendijo el proyecto misionero. Los católicos dominicanos recibimos la noticia con gozo, alegría y esperanza cristiana.

De inmediato la Conferencia Episcopal Dominicana trató el tema con mucho interés en su reunión ordinaria de julio 2007 declarando el año 2008, año de preparación para la Gran Misión Continental. En su siguiente reunión ordinaria de julio 2008, fijó la fecha del primero de marzo para dar inicio a la Misión Continental en todo el país con el lema: “Con Cristo en el Corazón Evangelicemos la Nación”.

El lanzamiento de la Misión Continental se realizó el 25 de enero pasado simultáneamente en las dos Arquidiócesis y en las nueve Diócesis del país. Los misioneros reciben previamente una primera formación durante dos días, y en un segundo momento, una segunda formación y orientaciones durante dos días más. Muchos de los misioneros y misioneras llevan una larga experiencia de fe, y de misión en la Iglesia.

Unos 15 mil misioneros han recibido ya la primera y segunda formación, de los cuales un 40 % participó en la Gran Misión del Jubileo 2000 que dio paso al Tercer Plan de Pastoral que, con los Obispos a la cabeza, coordina la Gran Misión Continental a nivel nacional.

El fin de semana pasado se hicieron los primeros envíos de unos tres mil misioneros y misioneras de todas las parroquias de las Zonas de Herrera y de Zona de la avenida Independencia, comprendida entre las avenidas Abraham Lincoln y la avenida Luperón.

La Parroquia El Buen Pastor está programada para hacer su primer envío el 29 de marzo bajo la bendición de Dios. Los misioneros irán de dos en dos visitando los hogares que les asignaremos; les identificará un distintivo especial y una carta de presentación de los misioneros que invitarán a las familias a participar en los centros de Misión.

Iremos cubriendo paso a paso los 18 sectores de la parroquia. Iremos haciendo nuevas formaciones ya que necesitamos 800 misioneros y misioneros para cubrir la totalidad de la parroquia. Iniciaremos la misión por las cuadras aledañas al centro parroquial. Solicitamos a las familias recibirlos con amor ya que en ellos Dios va bendiciendo sus hogares.

El Espíritu Santo nos acompañará a todos en este período de Misión.