martes, 12 de mayo de 2009

CARTA AL PUEBLO DE DIOS

Queridos Hermanos y hermanas:

“Gracia y paz a ustedes de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo" (2 Cor 1, 2) al celebrar con alegría la Pascua del Señor, que es victoria de la Vida sobre la muerte, de la Verdad sobre la mentira, del amor sobre el odio, de la Justicia sobre la injusticia.

Me alegra comunicarme con Ustedes para alabar juntos al Padre Dios por el don maravilloso de la vida, en la resurrección de Jesucristo, esa vida de Cristo se ha transformado en vida en abundancia y en vida
eterna. Vida que se manifiesta de manera especial en la familia, que basada en la unión de un hombre y una mujer, es santuario de vida y amor.

Este valor sagrado de la vida humana, que todo hombre y toda mujer abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, puede llegar a descubrir, en la ley natural escrita en su corazón (cf. Rom.2, 14-15), está establecido en la Constitución de nuestro país.

Ya que la Asamblea Nacional va a revisar la Constitución de la República, deseo que todos ustedes se unan a lo que decíamos los Obispos Dominicanos en nuestro Mensaje del 27 de Febrero de este año, con motivo de la fiesta de la Independencia Nacional, dirigiéndonos a nuestros legisladores y legisladoras: demandamos que se mantenga íntegra e inalterable la propuesta del Artículo 30 de la Reforma de la Constitución, que dice: "El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte". De igual modo, el contenido de la propuesta del Artículo 44, en lo referente a la familia, la cual se funda en el consorcio de un hombre y una mujer para constituir una familia. Por lo demás, que todo cuanto contenga la propuesta de la reforma constitucional esté sujeto al bien común y a las leyes naturales plasmadas por Dios en la creación y en la conciencia humana" (no. 40).

En concreto, les motivo para que hagan oír su voz ante los legisladores y legisladoras que nos representan y que viven cerca de ustedes ya sea hablándoles directamente de que voten a favor de los artículos 30 y 44 tal como están, firmando la Carta que se enviará a la Asamblea Nacional, en fecha próxima.

Y, sobre todo, unámonos en oración permanente para que la Asamblea Nacional se deje iluminar por el Espíritu Santo para que de manera unánime digan SI a la vida, aprobando el artículo 30 y 44 tal como están.

Con bendiciones abundantes para cada uno de ustedes y de sus familias,


+NICOLÁS DE JESÚS CARDENAL LÓPEZ RODRÍGUEZ
Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo
Primado de America

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