lunes, 16 de febrero de 2009

El pecado ata y mata, el amor libera y da vida

Mons. Pablo Cedano Cedano


El pecado es toda acción del hombre que le tuerce la vida, y como Adán y Eva en el Paraíso, se queda sin rumbo por haberse desviado del camino de Dios desobedeciendo sus mandatos que nos guían por el camino del bien.

Pecado es el abandono de Dios, de la familia, hacerse daño a uno mismo o a otros, vivir para el placer desordenado y sin respeto a las demás personas; creerse dueño de todos sus antojos y de lo que no le pertenece; vivir de la mentira y de la calumnia; manchar su conciencia y su corazón sin importarle ni Dios ni las personas…

Da la impresión que hay muchas personas que no tienen conciencia de lo que es pecado; que para otros sólo hay dos pecados: el de matar y robar; otros saben cuando pecan y con qué pecan, pero se dejan atar y mueren por su pecado, o andan de brinco en brinco confesándose hoy y mañana repitiendo el mismo pecado.

Para descubrir y tener conciencia del pecado hace falta descubrir primero el amor que Dios tiene por mí, y que Él sólo quiere mi bien y mi felicidad como Padre de amor que me cuida y protege.

Cuando medimos nuestra vida a la luz de ese amor, descubrimos fácilmente nuestros pecados, y sea cual sea nuestra situación, pedir perdón y enmendar nuestra vida se nos convierte en una necesidad,

El amor de Dios nos libera y nos da gozo y vida, alegría, esperanza y deseo de iniciar una vida nueva en Jesucristo, descubriendo el verdadero sentido de la vida y nuestra vocación a la santidad como hijos de Dios y de la Iglesia.

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